miércoles, 19 de septiembre de 2012

Parábola revolucionaria del Iphone

Para ciertas cosas soy conservador. No me voy a comprar un iPhone 5. Esperaré al iPhone 6. Será mucho mejor. Tendrá conexiones NFC, o sea, un sistema propio de comunicación inalámbrica entre dispositivos. Tipo Black Berry. Ese sistema avivó el último levantamiento popular en Londres y, tal y como están las cosas, nunca se sabe cuando la NFC te va a salvar de unos buenos porrazos de los antidisturbios. Aunque quizá, para entonces, los antidisturbios ya tengan también su iPhone 6. Quizá hasta podrán detectar los mensajes sediciosos que yo pueda intercambiar con el portador de otro iPhone 6. Tendré que esperar entonces al iPhone 7. Pero, ¿Y si les da por reducir la pantalla? A mí lo que me gusta del iPhone 5 es que la pantalla es más grande. El problema es que ahora también hay iPads y no tiene sentido hacer las pantallas más y más grandes, porque en algún momento los smartphones serán en realidad iPads, o viceversa. Quizá les da por reducir la pantalla para recuperar la identidad de lo que antaño era un teléfono, y así poder vender dos cosas distintas: iPhones e ipads. Está bien, esperaré al iPhone 8 o 9. Para entonces seguro que se habrá encontrado el equilibrio perfecto entre pantalla grande e identidad propia con respecto a los iPads. Entonces iré a la tienda transparente de Apple para comprarme un iPhone 9. Preguntaré por la garantía. Seguro que uno o dos años, y los consabidos problemas de la batería. Entonces volveré a casa y miraré lo que comenta la gente en algún foro, para asegurarme. Probablemente los entendidos estarán encontrándole pegas y vaticinando las mejoras del iPhone 10. Esperaré al iPhone 10. Calculo que será más o menos hacia el 2020. Entonces se van a enterar los monopolizadores de la violencia del Estado. Con mi iPhone 10 estaré tecnológicamente al día, y conectado con todos esos que quieren combatir este capitalismo opresivo. Pero claro, también habrá que ver cómo son los antidisturbios del 2020. Quizá no serán personas, sino ellos mismos iPhones 10: maquinitas avanzadas que vuelan y te controlan y te reprimen. Esto del iPhone me empieza a poner la piel de gallina. Bien mirado, mejor me quedaré con el móvil que mi abuela no aprendió a utilizar. El de los botones grandes y sin cámara. El que se cayó del segundo piso y salió con una simple magulladura en la carcasa. El que buceó, perdón, en el WC, y sobrevivió. El móvil anfibio. El móvil robusto. El móvil que en el 2020 chocará contra los iPhones 10, voladores y opresores, y los aplastará.




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